Antonio del Castillo, el padre de Marta, no se sorprendió ayer de la noticia de que el equipo de ADN de la Brigada de Policía Científica había sufrido una avería, sino que la confirmó a ABC de Sevilla con total naturalidad, habida cuenta, dijo, de que la Policía ya se lo había comentado al poco de que Miguel Carcaño fuera detenido. En aquella conversación, el interlocutor oficial de Antonio del Castillo no sólo le confirmó la avería, sino que llegó a comentarle, en referencia a Miguel Carcaño, que «éste va a tener hasta suerte», ya que la máquina de ADN había sufrido una avería cuya reparación, según le confirmaron entonces al padre de Marta, «costaría 300.000 euros».
«No sé lo que tardan las pruebas de ADN», dijo más tarde el padre de Marta a Europa Press, antes de que a él personalmente le dijeran «que había habido un problema» con la máquina.
La confirmación de la avería por parte del padre de Marta viene a sumarse a la que ayer expresaron fuentes judiciales sevillanas, entre las que el episodio era conocido e incluso había sido objeto de comentarios entre algunos magistrados.
La avería, además, era conocida entre el propio cuerpo de Policía, algunos de cuyos miembros habían lamentado más o menos abiertamente el retraso que estaba sufriendo la investigación, debido a que había sido preciso mandar muestras a Madrid para su análisis.
Frente a ello, la Jefatura Superior de Policía aseguró ayer, a través de una nota de prensa, que «los análisis de ADN realizados a las manchas de sangre encontradas en la ropa intervenida al entonces sospechoso del crimen se hicieron en los laboratorios de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental y no en los de Madrid.
La nota asegura que en los laboratorios de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid, «como se hace siempre para este tipo de pruebas» sólo se procedió al estudio microscópico de «diversas muestras de pelos, remitidas desde Sevilla después de la detención, para determinar si era posible su análisis mediante técnicas de ADN nuclear y en caso contrario realizar análisis de ADN mitocondrial».
Análisis sin demora
El documento añade que, en cualquier caso, en el supuesto de haber sido necesario el envío de cualquier muestra para su análisis en los laboratorios de ADN de Madrid, «los resultados no se habrían demorado más que el tiempo imprescindible para su traslado». Este «tiempo de traslado» lo cifra en «no más de cuatro horas», aunque no especifica qué tiempo suele utilizar el laboratorio de Madrid en tener una muestra enviada desde otro laboratorio periférico.
La nota concluye asegurando que en Madrid no se ha realizado «ningún análisis» biológico que no sea el de los pelos, «ya que el laboratorio de Sevilla tiene capacidad técnica suficiente». En todo caso, ninguno de los cuatro puntos de que consta la nota policial rebate que el equipo de ADN hubiera sufrido una avería y, consecuentemente, hubiera dado lugar a un retraso en los resultados sobre las manchas de sangre localizadas en las ropas de Miguel.
Sobre este punto, lo más que llegaron a asegurar fuentes conocedoras del caso es que entre el momento en que el laboratorio recibió las ropas y se consiguió confirmar en ellas el ADN de Marta transcurrieron nueve días, un plazo que, en todo caso, resulta muy superior a las aproximadamente 72 horas que tarda habitualmente un análisis de estas características, siempre que no se dedique el laboratorio en exclusiva a obtener la prueba, lo que podría reducir el plazo, como ocurrió tras el hallazgo del cadáver de la pequeña onubense Mari Luz Cortés.
Entonces, el laboratorio obtuvo el resultado del ADN de la menor en un tiempo récord.
«No sé lo que tardan las pruebas de ADN», dijo más tarde el padre de Marta a Europa Press, antes de que a él personalmente le dijeran «que había habido un problema» con la máquina.
La confirmación de la avería por parte del padre de Marta viene a sumarse a la que ayer expresaron fuentes judiciales sevillanas, entre las que el episodio era conocido e incluso había sido objeto de comentarios entre algunos magistrados.
La avería, además, era conocida entre el propio cuerpo de Policía, algunos de cuyos miembros habían lamentado más o menos abiertamente el retraso que estaba sufriendo la investigación, debido a que había sido preciso mandar muestras a Madrid para su análisis.
Frente a ello, la Jefatura Superior de Policía aseguró ayer, a través de una nota de prensa, que «los análisis de ADN realizados a las manchas de sangre encontradas en la ropa intervenida al entonces sospechoso del crimen se hicieron en los laboratorios de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental y no en los de Madrid.
La nota asegura que en los laboratorios de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid, «como se hace siempre para este tipo de pruebas» sólo se procedió al estudio microscópico de «diversas muestras de pelos, remitidas desde Sevilla después de la detención, para determinar si era posible su análisis mediante técnicas de ADN nuclear y en caso contrario realizar análisis de ADN mitocondrial».
Análisis sin demora
El documento añade que, en cualquier caso, en el supuesto de haber sido necesario el envío de cualquier muestra para su análisis en los laboratorios de ADN de Madrid, «los resultados no se habrían demorado más que el tiempo imprescindible para su traslado». Este «tiempo de traslado» lo cifra en «no más de cuatro horas», aunque no especifica qué tiempo suele utilizar el laboratorio de Madrid en tener una muestra enviada desde otro laboratorio periférico.
La nota concluye asegurando que en Madrid no se ha realizado «ningún análisis» biológico que no sea el de los pelos, «ya que el laboratorio de Sevilla tiene capacidad técnica suficiente». En todo caso, ninguno de los cuatro puntos de que consta la nota policial rebate que el equipo de ADN hubiera sufrido una avería y, consecuentemente, hubiera dado lugar a un retraso en los resultados sobre las manchas de sangre localizadas en las ropas de Miguel.
Sobre este punto, lo más que llegaron a asegurar fuentes conocedoras del caso es que entre el momento en que el laboratorio recibió las ropas y se consiguió confirmar en ellas el ADN de Marta transcurrieron nueve días, un plazo que, en todo caso, resulta muy superior a las aproximadamente 72 horas que tarda habitualmente un análisis de estas características, siempre que no se dedique el laboratorio en exclusiva a obtener la prueba, lo que podría reducir el plazo, como ocurrió tras el hallazgo del cadáver de la pequeña onubense Mari Luz Cortés.
Entonces, el laboratorio obtuvo el resultado del ADN de la menor en un tiempo récord.
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