sábado, 4 de abril de 2009

La policía afirma que hay 'pruebas científicas irrefutables' del crimen



Marta quedó con Miguel la tarde del 24 de enero para aclarar unos rumores sobre ella que supuestamente estaba divulgando.



El jefe superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, ha asegurado que existen "pruebas científicas irrefutables" del crimen de Marta del Castillo. En una rueda de prensa para informar de los avances cosechados en el caso, Álvarez explicó cómo se sucedieron los hechos en la tarde-noche del crimen y cuál fue la implicación de cada uno de los detenidos.
Aunque no quiso especificar cuáles son estas pruebas, Álvarez sí confirmó que Marta acompañó a Carcaño a su domicilio en la calle León XIII por su propia voluntad, al parecer para recoger unos cd's, y que fue allí donde tras una discusión el asesino confeso golpeó a la joven de 17 años con un cenicero, que no ha aparecido. Gracias a las llamadas a su móvil, la policía ha conseguido situar la hora de la muerte entre las 20.02 horas y las 20.35 horas del pasado 24 de enero.
Según el jefe superior, Miguel "se acicaló especialmente aquella noche y se puso sus lentillas azules" porque Marta quería aclarar unos rumores sobre ella que supuestamente estaba divulgando.
Después de un rato de confusión tras el asesinato, Carcaño llamó desde una cabina a Samuel y al menor de 15 años detenido, al que la policía llama Cuco, que acudieron a su casa en un Volkswagen blanco propiedad de un familiar de Cuco en el que luego trasladarían el cuerpo de Marta envuelto en una manta hasta el río Guadalquivir.
Tras avisar a sus amigos se reunieron los cuatro detenidos, Miguel Carcaño, Samuel Benítez, el menor de 15 años y el hermanastro de Miguel, Javier, en su casa y allí decidieron envolverla en la manta y tirar su cuerpo en un viejo puente cercano a 'la charca de la pava'. Después, Miguel se marchó a la casa de su novia Rocío, de 14 años, en moto y Samuel y Cuco se fueron para Sevilla.
La policía duda de si la joven sevillana estaba viva cuando fue lanzada al río, ya que para confirmarlo se requiere el cuerpo. Aunque los jóvenes se deshicieron del arma homicida, el cenicero, éste ha sido la principal prueba contra ellos ya que Miguel lo envolvió en una sudadera que quedó impregnada de sangre de la joven.
Álvarez también ha querido matizar las informaciones aparecidas en algunos medios que aseguraban que Marta volvió a su casa a las 21.00 horas. El policía ha informado de que no fue así ya que "desgraciadamente" a esas horas Marta ya estaba muerta.
Preguntado por el móvil del asesinato, Álvarez no ha querido decir nada "por respeto a la familia". Respeto que también ha pedido para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A este respecto ha agradecido la labor de todos los organismos y ha insistido en que no escatimarán esfuerzos "para que de una vez Marta descanse en paz".

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